martes, 26 de noviembre de 2013

Publicado en La Sillarota.com 22/11/13





Creo que antes de que usted siga leyendo debo realizar unas cuantas confesiones personales. Para mí el fenómeno de las mitologías surgidas de la cultura pop del siglo XX es un asunto serio, me encuentro fascinado por multitud de historias contadas en celuloide, papel impreso de colores o a blanco y negro, seriales de radio y producciones televisivas que tratan de mundos fantásticos, viajes a donde nadie llegó antes, guerras estelares y metahumanos de toda clase.


Para mí no es en balde el esfuerzo que han vertido importantes y significativos intelectuales de todo el mundo como Eco y Gubern, por mencionar sólo a dos de los más conocidos e importantes,  analizando las estructuras narrativas, los desarrollos estilísticos y el uso de los signos en este tipo de historias. Es, más bien, un valioso esfuerzo académico por entender el entorno de nuestras fantasías, las que siempre reflejan parte de nuestra realidad.

En otras palabras me encuentro a dos escalones de ser un Geek de la peor clase, fan del Dr. Who (¡felices 50 años!), de X-Men y tantos y tantos otros. Es por eso que a nivel personal me siento decepcionado y preocupado ante el resultado desplegado por Marvel Studios en sus últimas entregas, y en particular en Thor: The Dark World (Taylor y Gunn, 2013), en la que se retoman las aventuras de Odinson y su lucha contra el mal.

La cinta cuenta, como todas las realizadas en los proyectos derivados de las historietas de La Casa de las Ideas, con excelentes efectos audiovisuales. Constantemente vemos escenarios y luchas CGI que nos transportan  y nos sobrecogen, pero por desgracia parece que la cantera de buenas historias con las que arrancaron los creativos y directivos de Iron Man I (Favreau, 2008)  y II (Favreau y Branagh, 2010), Thor (Branagh y Whedon, 2011) The Incredible Hulk (Leterrier, 2008) y, siendo algo permisivos, The Avengers (Whedon, 2012) se encuentra al final de su veta.

Dark World nos narra el regreso del hijo favorito de Odín a los brazos de su amada Jane (siempre bella por ser encarnada por Natalie Portman) al tiempo que lucha por el destino de Midgard, es decir nosotros en la tierra,  contra Malekith el rey de los elfos oscuros al tiempo que debe forjar una alianza incómoda y riesgosa con su medio hermano, Loky (interpretado por Tom Hiddleston).

Y aquí es donde tengo que retomar mi advertencia del más arriba. Como seguidor y entusiasta de este tipo de películas y narrativas me parece injusto con la audiencia que no se mantenga un nivel mínimo de calidad en la historia, que los personajes caigan rápidamente en clichés y las situaciones sean por demás previsibles y hasta aburridas.

Por desgracia es la tecnología y no la historia o la profundidad de los personajes lo que sostiene a medias la película, siendo la única excepción el Loky que Hiddleston crea: un villano intrigante, bipolar y malvado sin caer en la simpleza absurda, que se roba la película a pesar de la belleza de Hemsworth y Portman o la presencia de Hopkins como Odín.

 El empuje de más casi seis años mostrado por Marvel Studios en la recreación de sus  personajes en la pantalla grande aparentemente está llegando a un punto muerto. Una situación que se fue desarrollando con las entregas de Captain America: The First Avenger (Johnston, 2011)   y Iron Man III (Black, 2013) y no ha hecho más que empeorar.

Lo peor, para los marvelitas fanáticos, es que esto se hace aún más evidente cuando la competencia ha logrado relanzar sus propios personajes icónicos en la pantalla de plata, en particular al caballero oscuro en su reciente trilogía.

La conclusión es que se deberá realizar un profundo y muy crítico trabajo dentro de Marvel, de los contrario no creo que los anunciados Guardians of the Galaxy, Captain America: Winter soldier y Avengers: Age of Ultron puedan lograr  algo más que confirmar la decadencia Marvel en el cine contemporáneo.

En cuanto a Thor…creo que ha llegado el momento de olvidarnos de representarlo como simplón, musculoso y combativo dios del trueno y empezar a explorar las excelentes historias que se han creado en papel a lo largos de los años en torno de él. De lo contrario el vengador asgardianano tendrá que colgar el martillo, justo como lo hace en una escena de Dark World, con el riesgo de que sea para siempre.


Final Cut
En esta semana que termina el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) lanzó la convocatoria para  la 56 Entrega del Ariel, a realizarse el año que entra. Me da gusto decir, que si no existen ninguna situación extraña, este año podemos contar con nominaciones variadas y con muchos productos de calidad en todas las categorías de la convocatoria.

Ésta entrega de los Arieles puede ser el punto donde  se dé un relevo generacional en muchos sentidos pero en especial en lo referente a directores y productores jóvenes que no caen en la tentación de facilona tradición del melodrama clásicamente mexicano, sino que toman riesgos y buscan marcar una diferencia, ojala así suceda.

@HigueraB

martes, 19 de noviembre de 2013

Sección de filosofía cotidiana

 "No se puede construir el futuro mirando mirando en el retrovisor hacia atrás, en el pasado..."

El entonces candidato presidencial del PRI en el segundo debate presidencial de 2012